Palabras de espiritualidad

El Evangelio es una fuente de alegría

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

Translation and adaptation:

El Evangelio es una fuente de esperanza. Es un manantial de felicidad. ¿Por qué? Porque no nos presenta sólo casos especiales, sino que se trata de personas como nosotros, personas que, a pesar de todo, quisieron estar cerca del Salvador y el Salvador quiso estar cerca de ellos.

El Evangelio es una fuente de esperanza. Es un manantial de felicidad. ¿Por qué? Porque no nos presenta sólo casos especiales, como el del centurión de Cafarnaún, del cual se admiró el mismo Señor Jesucristo; no nos presenta sólo a aquella mujer cananea, a la cual Nuestro Señor le dijo: “¡Qué grande es tu fe!”, sino que se trata también de personas como nosotros, personas que, a pesar de todo, quisieron estar cerca del Salvador y el Salvador quiso estar cerca de ellos.

Nos habla, por ejemplo, de ése que tenía un hijo lunático, a quien Nuestro Señor libró del poder demónico, a pesar de que aquel hombre no tenía suficiente fe. Por eso, al hablarle al Señor Jesucristo, compuso su oración de una forma en la que demostraba claramente sus dudas sobre el poder de Cristo, diciendo:

“Si puedes... ¡ayúdanos! ¡Ten piedad de nosotros!

Y el Señor Jesucristo, apiadándose de él, dijo:

“¡Si puedes, cree, porque todo es posible para el que cree!”.

Y aquel hombre, entre lágrimas, respondió:

“¡Creo, Señor, pero ayúdame en mi incredulidad!”.

En otras palabras: creo, pero no creo. Sin embargo, el Señor Jesucristo intervino, ayudándolo. En esto consiste tener la imagen del Señor Jesucristo: ser indulgente, comprensivo, querer ayudar al otro, no alejarlo, llamarlo para que venga a tí:

“¡Vengan a mí todos los que estén cansados y agobiados, que yo les daré descanso!”.

(Traducido de: Părintele Teofil Părăian, Învierea lui Hristos, înnoirea vieții noastre, Editura Doxologia, Iași, 2013, pp. 26-27)

Leer otros artículos sobre el tema: