Cada uno carga con su propia cruz. También tú debes hacerlo.

Cargar con su propia cruz es algo absolutamente necesario para la salvación de todos los cristianos, no sólo los monjes. Sí, todos cargamos con nuestra cruz, como lo hiciera Dios hecho Hombre, aunque la Suya fue una más pesada, porque era la suma de las cruces de toda la humanidad.

Te suplico, entonces, que no olvides esto: Dios carga la Cruz, y el hombre le ayuda (Simón de Cirene), al tomar esa Cruz y cargarla también. Esto significa que también nosotros, asumiendo nuestra cruz, le ayudamos al Señor a portar la Suya, es decir que nos preparamos para servirle en los Cielos, con la forma de los espíritus inmateriales. ¡Qué propósito tan excelso!

(Traducido de: Cuviosul Varsanufie de la Optina, Viața și minunile, Editura Doxologia, p. 147)