“El fervor viene y va”
Lo mismo nos pasa a todos. Cuando el fervor empiece a mermar, mantengámonos firmes en la decisión de servirle al Señor.
“El fervor viene y va”. Lo mismo nos pasa a todos. Cuando el fervor empiece a mermar, mantengámonos firmes en la decisión de servirle al Señor, permaneciendo constantes en la devoción, sin permitirnos caer en la dejadez y sin mostrarnos indulgentes con nuestro propio cuerpo. Y ese estado pasará. Pensar en las cosas de Dios es algo muy eficaz para recuperar el fervor, especialmente el recuerdo de la muerte y del Juicio: “En cualquier momento me sobrevendrá la muerte”. Una vez este pensamiento entre completamente en nuestro corazón, este no podrá evitar un estremecimiento.
(Sfântul Teofan Zăvorâtul, Mântuirea în viața de familie, Traducere de Adrian şi Xenia Tănăsescu-Vlas, Editura Sophia, Bucureşti, 2004, p. 46)