El hombre que lleva a su adversario en el corazón…
Perseguir a un hombre bendecido por Dios y odiar al que es feliz: he aquí una desgracia que no tiene cura.
El envidioso es enemigo de su propia salud espiritual. El envidiado puede escapar y evitar al envidioso; pero el envidioso no puede huir de sí mismo. Hermano, si eres un envidioso, debes saber que llevas a tu enemigo contigo; tu adversario está constantemente en tu corazón y el peligro está encerrado en lo profundo de tu ser; de hecho, estás atado con una cadena implacable, eres prisionero de la envidia y no hay consuelo que venga en tu ayuda. Perseguir a un hombre bendecido por Dios y odiar al que es feliz: he aquí una desgracia que no tiene cura.
(Traducido de: Din învăţăturile Părintelui Arsenie Boca. Despre durerile oamenilor, volumul VII, Editura „Credinţa Strămoşească”, 2011, p. 35)