Palabras de espiritualidad

El hombre, semilla creada por Dios

    • Foto: Oana Nechifor

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El hombre reúne a todos los mundos: el mineral, el vegetal, el animal y el espiritual, y es más excelso que todos ellos, porque fue hecho a imagen y semejanza de Dios, su Creador.

El hombre es una simiente y un centro del mundo creado por nuestro Buen Dios en el Cielo y la tierra. El hombre es una semilla que se halla en estrecha relación con los cuatro mundos que Dios creó en el universo. El hombre se comunica con todo lo que fue creado sin un alma, es decir, con el reino mineral, el reino vegetal, el reino animal y con el mundo que está más allá de lo sensible, el de los ángeles, es decir, el mundo pensante. Luego, él es el centro del mundo visible e invisible.

El hombre, considerado en su conjunto, con cuerpo y alma, es llamado por la Santa Escritura “grande” (Eclesiástico 3, 18). Esto es lo que dice Salomón: “¡Qué cosa tan grande es el hombre, y qué honorable es el misericordioso!”. Pero ¿por qué lo llama “grande”? Porque, insisto, el hombre reúne a todos los mundos: el mineral, el vegetal, el animal y el espiritual, y es más excelso que todos ellos, porque fue hecho a imagen y semejanza de Dios, su Creador.

(Traducido de: Arhimandritul Cleopa Ilie, Urcuș spre Înviere, Editura Mitropoliei Moldovei și Bucovinei, Iași, 1998, p. 291)