Palabras de espiritualidad

El hombre y la encrucijada del bien y el mal

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Pareciera que hay una pugna constante entre el Justo, Santo y Misericordioso Dios, y el malvado, perverso y asesino enemigo.

En esta vida, que es una de pruebas y luchas, el cristiano se halla siempre entre dos tendencias: entre el bien y el mal, entre la tentación y las aflicciones provocadas por los enemigos, y la serenidad y el auxilio de Dios. Pareciera que hay una pugna constante entre el Justo, Santo y Misericordioso Dios, y el malvado, perverso y asesino enemigo. El hombre se mantiene o bajo la influencia del enemigo, o bajo la influencia de la Gracia de Dios. El maligno le atrae hacia todos los pecados posibles, en tanto que Dios se apiada de los pecadores que se arrepienten, purificándolos, corrigiéndolos, tranquilizándolos, renovándolos y fortaleciéndolos. Esa pugna y victoria de la Gracia sobre el pecado tiene lugar especialmente durante la Divina Liturgia, ese maravilloso sacrificio de reconciliación y santificación de Dios, de Su misericordia por el mundo, un sacrificio de alabanza.

(Traducido de: Sfântul Ioan de Kronstadt, Cum ne mântuiește Dumnezeu. Sfaturi de urmat pentru toată vremea, traducere din limba rusă de Corina-Alexandra Toader, Editura Sophia, București, 2012, pp. 31-32)