Palabras de espiritualidad

El humilde jamás se perturba

  • Foto: Oana Nechifor

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Translation and adaptation:

El hombre humilde piensa en el Juicio de Dios, cuando serán juzgados, después de morir, no sólo los hechos sino también los pensamientos de todos los hombres.

El que es humilde no se perturba por las palabras de encomio recibidas de los demás. Si es elogiado, considera que no merece esas palabras, porque siente que él mismo no es nada. Si es difamado, se considera aún peor que las palabras recibidas, pensando: “Si estas personas me conocieran en verdad, dirían cosas peores de mí”. Si es injuriado y acusado, no se perturba y no busca justificarse, porque piensa en el Juicio de Dios, cuando serán juzgados, después de morir, no sólo los hechos sino también los pensamientos de todos los hombres.

(Traducido de: Arhimandrit Serafim Alexiev, Despre Smerenie și Mândrie, Editura Sophia, București, 2007, p. 93)