El inconmensurable don de la Divina Liturgia
¿Qué cosa, material o espiritual, temporal o eterna, podría faltarnos?
¡Cuánta grandeza tiene la Divina Liturgia! Cuando Dios dirige Su mirada hacia Su humilde sacerdote, ¡con qué fuerza siente la grandeza de la Liturgia! ¡Cuánto bien reciben los que son recordados en la Liturgia! ¡Cuánta honra otorga Dios al hombre, al descender con las legiones angelicales durante la Liturgia, y al alimentarlo con Sus Santísimos Cuerpo y Sangre! ¡Sí, todo eso nos fue otorgado!
¿Qué cosa, material o espiritual, temporal o eterna, podría faltarnos?
Nada. Si Él nos ofrece Su Cuerpo y Su Sangre cada día, ¿hay algo más grande que esto? Nada, desde luego. ¡De qué misterios Dios nos hace dignos de participar, a pesar de que estamos hechos de simple arcilla! ¡Oh, amor celestial, tan inconmensurable! Una gota del amor divino es más que todo el amor del mundo que hay bajo el sol.
(Traducido de: Comori duhovniceşti din Sfântul Munte Athos, culese din scrisorile şi omiliile Avvei Efrem, Editura Bunavestire, 2001, p. 372)