El inconmensurable valor de la vida humana
La vida debe ser apreciada, conservada y protegida, ya que es la expresión más sublime de la actividad creadora de Dios.
La Ortodoxia afirma que la vida es un don concedido libremente por el Dios del amor. Por eso, la vida humana debe ser acogida con alegría y agradecimiento. La vida debe ser apreciada, conservada y protegida, ya que es la expresión más sublime de la actividad creadora de Dios, Quien nos trajo “de la inexistencia a la existencia”, no solo para que viviéramos biológicamente. Él nos eligió para la Vida, cuya finalidad es la participación en la gloria eterna de Cristo Resucitado, “en la herencia de los santos, en la luz interior” (Colosenses 1, 12; Efesios 1, 18).
(Traducido de: Preot Prof. Dr. John Breck, Darul sacru al vieții, Editura Patmos, pp. 15-16)