El intelecto y el conocimiento de Dios
Tan grande es la diferencia entre profeta y pensador, “como grande es la diferencia entre la sabiduría humana y la Gracia Divina”.
El profeta Isaías escribe: “El Señor Dios Todopoderoso quitará a Jerusalén y a Judá todo apoyo y sostén… al juez, el profeta y el predicador” (Isaías 3, 1-2). Luego, se hace una diferencia clara entre profeta y predicador.
San Juan Crisóstomo dice: “El predicador, por su gran facultad, anuncia lo que puede suceder, valiéndose de la experiencia y la práctica”. Y a continuación afirma que una cosa es la especulación y otra la profecía. El profeta habla en el Espíritu Santo, “incapaz de algo por sí mismo”; en tanto que el predicador o el pensador se vale de su intelecto, su inteligencia. Entonces, tan grande es la diferencia entre profeta y pensador, “como grande es la diferencia entre la sabiduría humana y la Gracia Divina”.
En palabras de la Santa Escritura, el profeta y el teólogo son lo mismo. Con esto se evidencia que hay una enorme diferencia entre un teólogo y un filósofo, y, en consecuencia, entre teología y filosofía. A pesar de haber estudiado la filosofía de su época, los Padres de la Iglesia siempre utilizaron un método distinto para alcanzar el conocimiento de Dios. Y ese método es el hesicasmo.
(Traducido de: Mitropolitul Hierotheos Vlachos, Boala și tămăduirea sufletului în tradiția ortodoxă, Editura Sofia, p. 40)