El lugar de los íconos en la casa
Poco a poco, la devoción se va perdiendo, por eso empiezan a suceder todas esas cosas malas que ahora vemos.
"Padre, una señora pidió que le hiciéramos un ícono de San Arsenio, para ponerlo en la sala de su casa."
—¿Va a poner más íconos en ese lugar? ¿Va a poner también cuadros y fotografías? Luego, ¿se fumará en ese salón? Mejor que lo coloque en otra habitación, junto a otros íconos y que ahí sea su lugar de oración. Una vez visité una casa en la que los íconos estaban bajo la escalera, aunque tenían suficiente espacio libre en los demás cuartos. En otra casa, la señora puso sus íconos frente a los tuberías de drenaje. “¨Pero, ¿cómo se le ocurrió ponerlos allí?”, le pregunté. “Simplemente me gustan allí”, me respondió. Y ni siquiera estaban situados hacia el Este, sino hacia el Norte. Entonces, ¿cómo pretender que descienda la gracia? “Porque al que tiene se le dará más y tendrá en abundancia, pero al que no tiene, se le quitará aún lo que tiene”, dicen las Escrituras (Mateo13, 12). Nosotros creemos que tenemos, pero se nos quitará hasta eso que tenemos.
Poco a poco, la devoción se va perdiendo, por eso empiezan a suceder todas esas cosas malas que ahora vemos.
(Traducido de: Cuviosul Paisie Aghioritul, Cuvinte duhovnicești. Volumul II. Trezire duhovnicească, traducere de Ieroschimonah Ștefan Nuțescu, ediția a II-a, Editura Evanghelismos, București, 2011, pp. 148-150)