El maligno está siempre dispuesto a hacernos caer
El hombre tiene mucho más poder que él, porque fue bautizado y tiene la Gracia y el poder de Dios en su interior.
El maligno nos ataca permanentemente. Como dicen aquellas palabras del Nuevo Testamento, “(él) nos acecha todo el tiempo como un león rugiente, buscando a quién devorar”. Nos ataca todo el tiempo. Sin embargo, el demonio no tiene un poder especial. Es, simplemente, un tolerado. El hombre tiene mucho más poder que él, porque fue bautizado y tiene la Gracia y el poder de Dios en su interior. Además, el hombre tiene un ángel custodio, quien sabe y conoce toda la acción del maligno sobre el hombre. Pero el ángel guardián no puede determinar la salvación del hombre, sin el concurso de este.
(Traducido de: Arhimandritul Ioanichie Bălan, Ne vorbește Părintele Arsenie (Papacioc), vol. I, Editura Episcopiei Romanului, 1996, p. 140)