Palabras de espiritualidad

El matrimonio consiste en empezarlo todo con un “nosotros”

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

Por ejemplo, la esposa no puede decir: “yo iré a tal lugar y yo haré tal cosa, porque me gusta”, sino “nosotros iremos”, porque, insisto, ya no es libre, ha dejado de ser soltera.

Los esposos deberían entender que desde el momento en que eligieron la vida conyugal (“llevar el yugo entre los dos”), no son ya dos personas individuales, ni una sola: son dos personas que han devenido una. “Y los dos se harán un sólo cuerpo” (Génesis 2, 24). Y así es como deben proceder. Por ejemplo, la esposa no puede decir: “yo iré a tal lugar y yo haré tal cosa, porque me gusta”, sino “nosotros iremos”, porque, insisto, ya no es libre y no es soltera ni viuda: tiene marido. Ha elegido llevar el yugo entre dos, no la libertad.

Esto también es aplicable a las cuestiones económicas de la familia, a la administración de los bienes conyugales. En el matrimonio ya no existe el “mi casa”, “mi dinero”, etc, porque ahora todo es “nuestra casa”, “nuestro dinero”, etc.

(Traducido de: Arhimandrit Vasilios Bacoianis, Căsătoria, Editura Tabor, Bucureşti, 2010, p. 53)