Palabras de espiritualidad

El mejor consejero ante un paso tan importante como el matrimonio

    • Foto: Oana Nechifor

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Es necesario que conozcas el estado espiritual del chico y si guarda correctamente las disposiciones de nuestra Iglesia Ortodoxa, que es nuestra Madre. También debes examinar su estado moral, porque hoy en día el libertinaje ha crecido y muchos han dejado de obedecer a la Santa Iglesia.

«Me consultas a mí, que no soy nadie, sobre ese asunto tan importante y desearías seguir con fidelidad mi consejo; sin embargo, conociendo mi propia indignidad, no me atrevo a decidir impertinentemente qué es lo que debes elegir. Con todo, viendo el estado en el que te encuentras, tan llena de incertidumbre, y la confianza con que te diriges a mí, invocando el auxilio de Dios para que me ilumine, te doy la siguiente recomendación: en primer lugar, debes acudir con tus oraciones a Dios y a la Santísima Virgen María—cuya intercesión es muy fuerte ante Dios—, para que Él decida qué es lo que debes hacer y, si es beneficioso que aceptes esa propuesta de matrimonio, te envíe Su auxilio y Su bendición. Y, en caso contrario, si fuera perjudicial para ti casarte con ese muchacho, que Él disipe ese plan con Su sabiduría.

Entregándote así a la voluntad de Dios y renunciando a la tuya, Él te protegerá de todas las tentaciones que suelen enfrentar aquellos que quieren hacer únicamente lo que les apetece. Después de esto, pide consejo a tus familiares y amigos. Dios les revelará también a ellos lo que es más beneficioso para ti. Asimismo, es necesario que conozcas el estado espiritual del chico y si guarda correctamente las disposiciones de nuestra Iglesia Ortodoxa, que es nuestra Madre. También debes examinar su estado moral, porque hoy en día el libertinaje ha crecido y muchos han dejado de obedecer a la Santa Iglesia. Aunque sientas que te gusta mucho, si el muchacho no tiene una fe perseverante y cierta integridad, no te aconsejo que te cases con él. Pero si es un cristiano verdadero e hijo de la Iglesia Ortodoxa, te exhorto a que lo hagas, con la ayuda de Dios.

Si es la voluntad de Dios que te cases con ese muchacho y los preparativos avanzan viento en popa, entonces, antes de la boda, te aconsejo que ambos comulgen con el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Acercándose a un sacramento tan importante como el del Matrimonio, deben prepararse debidamente, purificándose por medio de la Confesión, la Comunión y la oración, y no con bailes, música y fiestas, porque este paso tiene influencia no solamente sobre la vida de aquí, sino que también alcanza la eternidad. Si me preguntas cómo llegará a ser su vida de casados, debo decirte que eso hay que dejárselo a Dios, porque Sus juicios son misteriosos y Él castiga o recompensa de acuerdo a la condición moral de cada uno.

Y no pienses en las cosas materiales, sino que: Buscad primero su Reino y su justicia, y todas esas cosas se os darán por añadidura (Mateo 6,33)».

(San Macario de Óptina)

(Traducido de: Filocalia de la Optina, traducere de Cristea Florentina, Editura Egumenița, Galați, 2009, p. 68-69)