El mejor consejo para el laico
El temor de Dios es el principio de toda sabiduría, en tanto que el recuerdo de la muerte y del Juicio nos disuade de pecar y nos insta a una contrición permanente.
Pidámosle al Señor, con nuestras oraciones, que nos conceda el temor de Dios y el recuerdo constante de la muerte. Y es que el temor de Dios es el principio de toda sabiduría, en tanto que el recuerdo de la muerte y del Juicio nos disuade de pecar y nos insta a una contrición permanente.
Este es, me parece, el mejor consejo para los laicos. Desde el temor de Dios nacen y crecen en nosotros la fe, la esperanza y el amor. Y el recuerdo de la muerte engendra en nosotros el arrepentimiento por nuestros pecados.
(Traducido de: Arhimandritul Ioanichie Bălan, Părintele Paisie duhovnicul, Editura Apologeticum, 2005, p. 16)