El misterio de la salvación del alma
Toda nuestra vida es el hilo de un solo carrete. Todo se va devanando poco a poco, hasta formar un gran ovillo. Y, en la eternidad, ese ovillo será desenrollado.
¡Cuántas cosas podemos aprender de la sencillez de una lavandera! ¿Y cuántos más siervos de Dios no hay en este mundo, invisibles, quizás, pero auténticos cristianos? ¿Y nosotros? Una simple hoja de papel aluminio tiene algo especial, parece nítida… Pero, si la tocas con la mano, es suave, delgada, frágil. ¡Cuántos misterios tiene esta vida! ¡Y qué insondable parece el camino de la salvación! ¡Y cuánto tenemos que esforzarnos y exprimirnos el corazón, para sacar de él toda la suciedad acumulada! ¡Ayúdanos, Señor!
¡Qué débiles somos! Entonces, ocúpemonos en terminar todo lo que hemos empezado y dediquémonos a lo que es más importante para nosotros. Hay personas que están tan asentadas en el Señor, que, a pesar de tener muchos asuntos por resolver, permanecen y perseveran en Él. Porque toda nuestra vida es el hilo de un solo carrete. Todo se va devanando poco a poco, hasta formar un gran ovillo. Y, en la eternidad, ese ovillo será desenrollado… Se examinará minuciosamente la calidad del hilo, en palmos, codos y varas (unidades de medida N. del T.). Quien haya devanado, esperará con estremecimiento a conocer lo que se le dirá finalmente: ¿es bueno o es malo?
(Sfântul Teofan Zăvorâtul, Învățături și scrisori despre viața creștină, traducere de Elena Dulgheru și Richard Sârbu, Editura Sofia, București, p. 27)