Palabras de espiritualidad

El mundo de hoy y los niños

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

También en las familias cristianas hay problemas; por eso, los especialistas en la crianza de los hijos dicen que es necesario que los mismos padres sean discípulos de la vida en Cristo.

En un día de Pascua, San Siluano el Athonita caminaba en el jardín del monasterio, llevando en la mano un huevo pintado. En un momento dado, un niño de unos cuatro años corrió hacia él para abrazarle. San Siluano, agradecido, le dio el huevo como obsequio. Ufano, el pequeño volvió a buscar a su padre, para enseñarle lo que acababa de recibir. Ese día, San Siluano tuvo una experiencia del Espíritu Santo, y la describe así: “Recibí una gran alegría por parte de Dios y sentí que amaba a todas Sus criaturas, y el Espíritu Santo resonaba en mi alma. Caminé a mi celda y, lleno de un amor compasivo por el mundo, empecé a orar largamente, también por todo el mundo”. Si el simple contacto con un niño pudo provocar esa compunción espiritual en el corazón de San Siluano, podemos entender también el vínculo que el padre Sofronio sentía con los pequeñitos. Partiendo de sus propios relatos, sabemos que el padre Sofronio, practicando la teología de la kénosis, se inclinaba hasta alcanzar la estatura de los niños, y después les hablaba y los escuchaba con gran atención. Esto nos recuerda las palabras de Cristo: “Si no os volvéis como uno de estos pequeños, no podréis entrar en el Reino de los Cielos”. El padre Sofronio, por ejemplo, participaba con todo el corazón en los cumpleaños que algunos niños celebraban con sus padres en el monasterio.

El mundo actual cultiva la desobediencia y la competencia, lo que tiene como efecto la falta de buena voluntad. Así es como en la familia se crea una atmósfera contraria a la vida en el Espíritu de Dios. También en las familias cristianas hay problemas; por eso, los especialistas en la crianza de los hijos dicen que es necesario que los mismos padres sean discípulos de la vida en Cristo. Sólo así la vida de los padres se verá reflejada en la de sus retoños.

(Traducido de: Părintele Prof. Vasilios Kalliakmanis, de la Facultatea de Teologie din Tesalonic, cuvânt despre Creșterea copiilor în învățătura Starețului Sofronie Saharov, în cadrul Colocviului „Întâlnirea cu Duhovnicul”)