El Nombre de Jesús, el mejor medicamento
Exclama: “¡Ilumíname, Jesús, para saber cómo resolver mis problemas, y actuar de acuerdo a Tu santa voluntad!”.
Pronuncia en todo lugar el Nombre de Jesús, para recibir el medicamento adecuado en tu debilidad. ¿Sientes dolor? ¡Llamando el Nombre de Jesús hallarás luz y consuelo! ¿Sientes tristeza? ¡Llama a Jesús, y el consuelo se hará presente dentro de tu corazón! ¿Te llena la desesperanza? ¡No te lamentes más, pon tus esperanzas en Jesús, y tu alma se llenará de valor! ¿Te agobian los pensamientos carnales y te atraen los placeres de los sentidos? ¡Recibe el fuego purificador del Nombre de Jesús, y arroja la maleza a sus llamas! ¿Te inundan los pensamientos mundanos? Exclama: “¡Ilumíname, Jesús, para saber cómo resolver mis problemas, y actuar de acuerdo a Tu santa voluntad!”. Inmediatamente te tranquilizarás, y podrás avanzar lleno de esperanza.
En todo y para todo utiliza el Nombre de Jesús como base, techo y columna... ¡y no le temas a los enemigos! Que solamente te asuste hacer algo sin Él. No esperes sanar y purificar toda la podredumbre, si antes no tomas el medicamento adecuado.
(Traducido de: Avva Efrem Filotheitul, Sfaturi duhovniceşti)