El origen de todos los males
Nuestra vida eterna y nuestra salvación dependen del estado actual de nuestra alma. Los Santos Padres dicen que, donde no hay humildad, ahí no es posible la salvación.
El origen de todos los males está en el amor a uno mismo. Es por eso que nuestra vida eterna y nuestra salvación dependen del estado actual de nuestra alma. Los Santos Padres dicen que, donde no hay humildad, ahí no es posible la salvación. Y ya puedes ayunar mucho, orar mucho, leer los Salmos, recitar la paráclesis, los acatistos… pero de nada te servirá. Puedes vestirte con harapos, dormir directamente sobre el suelo frío, que nada de esto te será de provecho. Serán simples manifestaciones de un seco fanatismo.
(Traducido de: O viață de jertfă – Mărturisirile Cuviosului stareț Samson Esper, Traducere de Severin Alexandru, Editura Egumenița, Galați, 2010, p. 44)