Palabras de espiritualidad

El padre Cleopa y los cánones de la Iglesia

  • Foto: Bogdan Bulgariu

    Foto: Bogdan Bulgariu

Translation and adaptation:

Si no existieran los cánones, estaríamos convirtiendo la Iglesia en una suerte de juego, en el que cada quien hace lo que le apetece y toma sólo lo que le conviene.

Aunque vivimos en una era en la que todo transcurre demasiado rápido, el padre Cleopa prefería seguir firmemente lo dispuesto por nuestros ancestros. Sentado en el cobertizo, era fácil escucharle decir:

—Hijos, recordemos que lo que dicen los cánones de la Iglesia...

—¿Pero no son un poco obsoletos, padre?

—No, hijo, no. Cuando los Santos Padres los enunciaron, fue el Espíritu Santo el que habló por medio de sus bocas. Aunque parezcan anticuados, debemos tener presente esto: si la Iglesia pierde su fundamento canónico, desaparecerá como Iglesia. Los santos cánones, cuando fueron dictados por los Santos Padres, no fueron dispuestos para ser vulnerados, sino para ser cumplidos y respetados, no en lo literal, sino en su espíritu.

A veces vienen jóvenes y distintas personas a confesarse, y me piden que no les prescriba un canon demasiado severo, porque no lo podrán cumplir. Atención: si les doy un canon demasiado “leve”, quien se equivoca soy yo. Al contrario, si les doy un canon más estricto, sé que no estoy errando. Por eso es que existen los cánones, para que el hombre, siendo reprendido por ellos, enmiende su vida. Si no fuera así, estaríamos convirtiendo la Iglesia en una suerte de juego, en el que cada quien hace lo que le apetece y toma sólo lo que le conviene.

(Traducido de: Părintele Cleopa, Mânca-v-ar Raiul, Tipografia Multiprint, Iași, 2002, p. 56)