La Santa Escritura (Génesis 8 y 9) nos presenta el Paraíso como un jardín maravilloso situado al este; y esta característica tiene una gran importancia para la Iglesia cristiana. Es por eso que el altar de cada iglesia está dirigido al oriente, los difuntos son sepultados hacia esa misma dirección y los cristianos ortodoxos hacen sus oraciones viendo a dicho punto cardinal. Muchos santos de la Iglesia del Nuevo Testamento vieron el Paraíso con la imagen de un jardín. Y así es, porque su misma sustancia y naturaleza corresponden a la naturaleza de sus moradores, que son entes espirituales; por eso, el Paraíso es algo impenetrable para nuestros sentidos, que se vulgarizaron después de nuestra profunda caída.

(Traducido de: Părintele Mitrofan, Viața repausaților noștri și viața noastră după moarte, Editura Credința strămoșească, Petru Vodă–Neamț, 2010, p. 403)