El perdón es la mayor caridad espiritual
No existe una caridad más grande, que el perdonar de corazón al que se ha equivocado. (Augustín de Hipona)
El Eclesiástico dice, “Así como el agua apaga el fuego, así la misericordia extingue el pecado”.
El gran Ambrosio dice, “Grande es el poder de la misericordia, porque su manantial de amor borra todos los pecados, de manera que aunque el Juez esté enfadado con el pecador y deseara castigarlo, con el poder de la misericordia, lo perdonará”.
El profeta Daniel no encontró otra manera de librar a Nabucodonosor de la amenaza del Señor, sino diciendo, “¡Recibe mi consejo, emperador! Borra todos tus pecados y faltas, con la misericordia, ayudando a los pobres”. Esto dijo el Santo, conociendo cuánta fuerza tiene la piedad para conmover a Aquel que todo lo sufrió. Así pues, siendo tan grande el poder de la piedad, el que quiera recibirla por parte de Dios, que se vista con esta vestidura, ayudando a los pobres, a las viudas, a los desamparados, con lo que Dios le haya dado. Y si es pobre, que los ayude con consejos y auxilio. Y si, a pesar de todo, no puede ayudarlos con nada, ¡que al menos en su corazón le duela el dolor de todos, que igualmente será recompensado!
De acuerdo a Gregorio el Diácono, no ofrece menos ése al que le duele el corazón por los demás, que el que los ayuda visiblemente. Porque, mientras uno da de su dinero, el otro les da su alma.
Dice Agustín, “No existe una caridad más grande, que el perdonar de corazón al que se ha equivocado”.
(Traducido de: Monahul Agapie Criteanul, Mântuirea păcătoșilor, Editura Egumenița, 2009, pp. 357-358)