Palabras de espiritualidad

El perfecto camino de la contrición

    • Foto: Ioana Zlotea

      Foto: Ioana Zlotea

Mientras más alto asciende el hombre en la escalera de la contrición, más avanza hacia la santidad.

La inexperiencia en la actividad práctica de la vida espiritual, genera, en el hombre contemporáneo, un sinfín de interrogantes, que escuchamos continuamente en nuestros encuentros y discusiones cotidianas. La santidad, es decir, la perfección por Dios en su sentido esencia, casi siempre es explicada equivocadamente por quienes están lejos de la verdadera experiencia...

Cada uno de nosotros puede gustar una parte de la santidad, porque el sacrificio y el camino a la auténtica santidad pasan por determinados grados y estadios. El camino que lleva a la santidad y a la perfección en Cristo es el arrepentimiento, porque “todos hemos pecado y echamos en falta la gloria de Dios”. Mientras más alto asciende el hombre en la escalera de la contrición, más avanza hacia la santidad. Esta es también la condición de la verdadera contrición: que el hombre vuelva a adquirir la Gracia de Dios, perdida por causa del pecado, o por llevar una vida seca, lejos de la fe y del conocimiento de Dios.

La adquisición de la Gracia no es algo parcial, sino la filiación total, misma que Cristo da a los fieles por medio de Su Iglesia. Los fieles pueden, si quieren, participar de la plenitud según sus posibilidades, la cual es clasificada en tres etapas por los Santos Padres: purificadora, iluminadora y perfeccionadora. Este último nivel se llama también “perfección”, o apatheia, o conocimiento divino, o amor a Dios. También se le llama sabbat, es decir, “descanso”, por el cual —tal como Dios descansó al séptimo día de la Creación— también el hombre descansa de su trabajo de contrición.

(Traducido de: Iosif MonahulBătrânul Iosif Sihastrul. Nevoințe – Experiențe – Învățături, Schitul Lacu, 2001, p. 100)