El placer carnal nunca podría realizarnos
Cualquier hartazgo del placer físico es siempre finito, porque se satisface en lo que es finito, en un cuerpo finito.
“El placer carnal pasa rápidamente, porque en el cuerpo no puede caber suficiente materia de placer. Y rápidamente se enciende el deseo nuevamente, que es siempre el mismo, monótono, pronto para hastiarnos. Cualquier hartazgo del placer físico es siempre finito, porque se satisface en lo que es finito, en un cuerpo finito. No entra al infinito, del cual no podría saturarse, al permanecer en su perenne felicidad.
El anhelo de lo espiritual es interminable. Al contrario, lo material no termina nunca de satisfacernos, aunque lo busquemos aún más. Y esto, porque en su esencia se encierra la misma insatisfacción, ya que jamás podría salir de lo que es finito”.
(Traducido de: Părintele Dumitru Stăniloae, nota 75la Sfântul Grigorie de Nyssa, Despre Fericiri, în „Părinți și Scriitori Bisericești”, vol. 29, Editura Institutului Biblic și de Misiune al Bisericii Ortodoxe Române, București, 1982, p. 364)