Palabras de espiritualidad

El poder de la oración no estriba en las palabras

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

Actualmente, las personas no saben cómo proceder con la Oración de Jesús.

El poder de la oración no estriba en las palabras. Actualmente, las personas no saben cómo proceder con la Oración de Jesús. ¡Cuántos términos espirituales se han inventado! Pero se olvidan de la esencia. Y es que muchos dicen simplemente: “Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de mí”, sin sentir y sin pensar en eso que están pronunciando. Yo creo que con esto no están orando, sino simplemente murmurando, mascullando palabras. Otros retienen la respiración nasal y luego resuellan sonoramente. Han aparecido otros que, al quedarse sin fuerzas, por ejemplo, para detener el movimiento interior, comienzan a exclamar. “Jesús... Jesús... Jes... Je...”. Pero, al contrario, trabajar esta oración es algo muy sencillo. Debes sentirte en presencia del Señor, y decir: “Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad mí”, o solamente: “Señor, ten piedad, Misericordioso Señor, ten piedad de mí, pecador”, o utilizar otras palabras semejantes. La fuerza de la oración no radica en las palabras, sino en el pensamiento y el sentido. Esto es lo que debemos tomar en cuenta, olvidando demás expresiones “espirituales”. Aprendan a hacerlo y luego enséñenselo a otros.

(Traducido de: Sfântul Teofan Zăvorâtul, Despre rugăciune, Editura Egumeniţa, p. 128)