Palabras de espiritualidad

El poder del ayuno y la oración. El ejemplo de Nínive

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

Al escuchar a Jonás, los ninivitas se asustaron y decidieron que lo mejor era orar para aplacar el enfado de Dios y obtener Su perdón. Todos los habitantes de la ciudad ayunaron y oraron a Dios.

Cuando los habitantes de Nínive llegaron a cometer las peores iniquidades, Dios les envió al profeta Jonás, para que les anunciara que luego de 40 días la ciudad sería destruida, como castigo por sus pecados.

Al escuchar a Jonás, los ninivitas se asustaron y decidieron que lo mejor era orar para aplacar el enfado de Dios y obtener Su perdón. Todos los habitantes de la ciudad ayunaron y oraron a Dios.

El mismo soberano de Nínive, al conocer tan terrible noticia, descendió de su trono y se vistió con un saco, renunciando a sus lujosas vestimentas de siempre, y también oró y ayuno, al igual que el pueblo. Además, para fortalecer la oración, ordenó que tampoco se les diera de comer y beber a los animales.

Viendo Dios la contrición de aquel pueblo, los perdonó, librando a Nínive de ser asolada.

(Traducido de: Semințe duhovnicești, Un caiet al Părintelui Arsenie Boca, Editura Lumea Credinței, 2009, p. 63)