El Reino de Dios viene “incluido” con nuestro prójimo
Un ejercicio que debemos realizar más a menudo es el de criticar menos a nuestro semejante e intentar entender sus dramas. Se trata de esa identificación con el Reino de Dios, dispuesto a cubrirnos en cualquier momento.
Un ejercicio que debemos realizar más a menudo es el de criticar menos a nuestro semejante e intentar entender sus dramas. Se trata de esa identificación con el Reino de Dios, dispuesto a cubrirnos en cualquier momento. Tenemos un Dios que no sólo creó el mundo, sino que también lo sostiene. Es el Rector de todo, como podría decirse. El que gobierna más allá de todos los gobiernos y el que conduce el mundo más allá de todos sus dirigentes.
Sin el Espíritu Santo no podemos ver a Dios protegiéndonos. Cuando nos falta el Espíritu Santo, todas las alianzas que nos puedan rodear se quedan sin valor. Por eso, levantemos la frente y tratemos de identificar a Dios con el semejante que nos regala siempre el Reino de los Cielos.
(Traducido de: Preot Constantin Necula, Alexandru Rusu, Farmacia de cuvinte, Editura Agnos, Sibiu, 2014, p. 282)