El rol de la contrición y la fe
El verdadero arrepentimiento no significa solamente arrepentirte de los pecados que has cometido, sino en sacar tu alma de la oscuridad y llevarla a la luz
Dice el Señor: “Arrepentíos y creed en el Evangelio” (Marcos 1, 15). El verdadero arrepentimiento no significa solamente arrepentirte de los pecados que has cometido, sino en sacar tu alma de la oscuridad y llevarla a la luz, alzándola de la tierra al Cielo, moviéndola de tu propio “yo” a Dios.
Sin ese retorno perfecto a Dios, el arrepentimiento no es otra cosa más que jugar con Dios y con tu propia alma. Pero no se puede jugar con Dios. Él se apiada del que se arrepiente, pero también castiga al que no se arrepiente sincera y completamente. Y, cuando Él golpea, la herida es profunda y nadie más puede sanarla, sino Él Mismo.
El propósito de la contrición y de la fe, según el Evangelio, lo encontramos en dos textos de la Santa Escritura. ¿Qué es el hombre? “Yo soy un gusano, no un hombre”, dijo el profeta David. ¿Qué debe ser el hombre? “Dioses sois e hijos de Dios”, en palabras del Mismo Cristo. Transformar gusanos en dioses e hijos de Dios, en esto consiste la contrición y la fe, según el Evangelio.
(Traducido de: Sfântul Nicolae Velimirovici, Suta de capete de la Liubostinia, Editura Sophia, 2009, pp. 11-12)