El rol y la importancia de la Santísima Madre del Señor para los cristianos
Lo mejor es respetar el lugar que la Iglesia le da a la Virgen María. No la busquemos más que a nuestro Señor Jesucristo; hablemos primero con Él, y solo después con Su Santísima Madre.
Pidámosle a la Madre de Señor que nos libere de la esclavitud de las pasiones. ¡Cuántas veces sufrimos por causa de algunos pensamientos que nos someten y nos atormentan! Pero, si nos libramos de la tiranía de los pensamientos, tenemos una claridad especial, una profunda serenidad y un gozo que nos lleva a confiar plenamente en el auxilio de la Madre del Señor.
Hace ya varios años, leí un libro llamado “¡Haced lo que Él os diga!” (como las palabras pronunciadas por la Santísima Madre de Dios cuando las bodas de Caná). El autor de este libro plantea un problema que también yo he observado últimamente: cada vez son más las personas que han dejado de honrar a la Madre del Señor, aunque también hay otros que la veneran con exageración. ¡Tampoco esto es algo bueno! Lo mejor es respetar el lugar que la Iglesia le da a la Virgen María. No la busquemos más que a nuestro Señor Jesucristo; hablemos primero con Él, y solo después con Su Santísima Madre.
(Traducido de: Arhimandritul Teofil Părăian, Maica Domnului – Raiul de taină al Ortodoxiei, Editura Eikon, 2003, pp. 56-57)