El Sacramento de la Confesión: reconciliándonos con Dios
La Confesión es un sacramento de la Iglesia y, como los demás sacramentos, derrama en el alma la Gracia de Dios, en tanto que la psiquiatría y las demás disciplinas relacionadas con esta son ciencias humanas.
Algunas veces surge una cierta confusión que involucra al Sacramento de la Confesión y la psiquiatría. Es un error confundir la confesión con un sacerdote, con la visita al psicólogo o al psiquiatra, porque son cosas fundamentalmente diferentes. La Confesión es un sacramento de la Iglesia y, como los demás sacramentos, derrama en el alma la Gracia de Dios, en tanto que la psiquiatría y las demás disciplinas relacionadas con esta son ciencias humanas.
El propósito esencial del Sacramento de la Confesión es liberar al hombre del peso de los pecados, por medio del perdón o la reconciliación con Dios, así como su re-santificación y preparación para el Reino de Dios. La paz interior, el equilibrio espiritual y la alegría no son los objetivos últimos de la confesión, sino que, como dones del Espíritu Santo, son consecuencias normales del restablecimiento de los vínculos del hombre con Dios.
La confesión no deja de ser necesaria para quienes anhelan ganarse la vida eterna, indiferentemente de si sufren o no alguna anomalía mental. La ciencia psiquiátrica tiene el rol de ayudar en situaciones de trastornos y sufrimientos psíquicos.
(Traducido de: Arhimandritul Atanasie Anastasiou – Stareț al Sfintei Mănăstiri a Marii Meteora, Spovedania – îndrumar, Editura Sofia, București, 2004, p. 108)