Palabras de espiritualidad

El secreto de una esposa feliz

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Translation and adaptation:

La Iglesia establece que el hombre es la cabeza de la mujer, pero al mismo tiempo le ordena amarla (Efesios 5, 25-33), atando esa preeminencia al amor. En verdad, la soberanía inspira respeto y confianza sólo cuando se une al amor.

¡Hombres, amen a sus esposas!” (Efesios 5, 25) ¿Ven? La Iglesia establece que el hombre es la cabeza de la mujer, pero al mismo tiempo le ordena amarla (Efesios 5, 25-33), atando esa preeminencia al amor. En verdad, la soberanía inspira respeto y confianza sólo cuando se une al amor. Al contrario, la primacía sin amor es una tiranía completa, que llena todo de pánico y desconfianza. Así pues, el primer deber del hombre es amar a su esposa.

Como decía San Juan Crisóstomo: “Háblale con amor, diciéndole: Para mí lo más importante es tu amor, y nada me desagrada más que discutir contigo. Y si debiera perderlo todo, llegando a ser pobre y miserable, estando a un paso de morir, sufriéndolo todo, con gusto lo aceptaré, porque me basta con que tú estés bien”.

(Traducido de: Arhimandrit Vasilios Bacoianis, Căsătoria, Editura Tabor, Bucureşti, 2010, p. 81)