Él siempre está cerca, esperando que le confiemos nuestra vida
Es imposible encontrar una sola persona que no haya visto desaparecer milagrosamente sus tribulaciones, justo cuando menos lo esperaba, o que no haya experimentado un repentino cambio, para bien, en su propia vida.
¡Cuánta ansiedad nos suele causar, no pocas veces, el simple hecho de pensar en lo desconocido de nuestro futuro! La única forma de evitar tales pensamientos es poner nuestra esperanza en el Señor. Y el fortalecimiento para el alma vendrá al meditar sobre lo que ha ocurrido antes con nosotros mismos y con los demás.
Es imposible encontrar una sola persona que no haya visto desaparecer milagrosamente sus tribulaciones, justo cuando menos lo esperaba, o que no haya experimentado un repentino cambio, para bien, en su propia vida.
Cuando tu mente se vea abrumada por esos oscuros pensamientos, relacionados con el futuro, fortalece tu alma recordando todos aquellos sucesos. Aún hoy, como antaño, Dios sigue disponiendo todo para nuestro bien. Entonces, hermano, confía todo a Sus manos, y Él, antes de librarte de tu aflicción, te llenará de un profundo consuelo espiritual que te ayudará a sortear cualquier adversidad.
“Al que confíe en el Señor, Su misericordia lo rebosará” (Salmos 31, 11). Ejemplos de todo esto los encontramos en las Santas Escrituras, en las vidas de los santos, en tu propia vida y en la de tus conocidos. Analízalas y verás, como en un espejo, que “el Señor está cerca de todos aquellos que lo buscan”, y el temor por tu suerte no te perturbará más el alma.
(Traducido de: Sfântul Teofan Zăvorâtul, Tâlcuiri din Sfânta Scriptură pentru fiecare zi din an, Editura Sophia, București, p. 238)