El temor de Dios nos da fuerzas
El que está lleno del temor de Dios, está lleno también de Su poder.
El temor de Dios da fuerzas. No debilita. Mientras más grande es el temor de Dios en la persona, más presente está Él con Su poder, que emana de Él. Por eso, el que está lleno del temor de Dios está lleno también de Su poder. Porque en este temor consiste la experiencia de la presencia abrumadora de Dios. El temor de Dios te da fuerzas para no temerle a nada más. Te ayuda a luchar contra tus pasiones, te moviliza y fortalece todos tus recursos de lucha. En ese temor, Dios es vivido como uno que no puede ser definido: mysterium tremendum. Existencial y apofáticamente, es un temor que te abre el horizonte de lo que hay más allá de este mundo, que al mismo tiempo te atrae, te hace arrepentirte de tus pecados y perseguir el bien, sintiendo a Dios como valedor del bien.
(Traducido de: Părintele Dumitru Stăniloae, nota 514 la Varsanufie şi Ioan, Scrisori duhovniceşti, în Filocalia XI, Editura Humanitas, Bucureşti, 2009, p. 293)