El valor de la abnegación entre esposos
Una candela, si no se derrite, no ilumina. El mismo incienso, si no se derrite en el fuego, no podrá emanar su fragancia.
“Hay más felicidad en dar que en recibir” (Hechos 20, 35). Cuando recibes, tus manos se llenan, en tanto que, cuando das, lo que se llena es tu alma. ¡Cuando te afanas por el bien del otro, tu cuerpo se cansa, pero tu alma descansa!
¡Vivir es darse a los demás! ¡También el matrimonio es una ofrenda, una fuente de vida! Una candela, si no se derrite, no ilumina. El mismo incienso, si no se derrite en el fuego, no podrá emanar su fragancia. Del mismo modo, si el esposo y la esposa no se “derriten” en la entrega mutua y abnegada, ni iluminarán, ni irradiarán una fragancia agradable.
(Traducido de: Arhimandritul Vasilios Bacoianis, Căsătoria, Editura Tabor, București, 2010, p. 9)