Palabras de espiritualidad

El valor de renunciar a todo por la vida eterna

    • Foto: Victor Larie

      Foto: Victor Larie

La victoria más formidable del mundo no puede obtenerse sino por medio de la humilde muerte en una Cruz.

El valor tiene muchas formas. Pero la más necesaria de todas es el coraje de quienes no tienen nada qué perder. No tener nada material, ser libre de todo vicio, considerar todo lo material como innecesario, mantener la vista puesta en la vida eterna, amar a Jesús con toda el alma... en esto consiste la fuerza subjetiva de los cristianos que vencieron a los paganos. Y si además agregamos el desprecio a la muerte, la alegría de sufrir por Cristo y el deseo incontrolable de alcanzar la vida eterna, entonces, en verdad, las virtudes cristianas —esas armas de las que nos habla San Pablo— y la fuerza del Espíritu Santo que les llena como de fuego, se vuelven indestructibles. Aún más: la victoria más formidable del mundo no puede obtenerse sino por medio de la humilde muerte en una Cruz.

Así fue como Jesús venció al mundo, así fue como los santos vencieron al maligno y a los imperios del mundo. Y sólo así podremos vencer a nuestros enemigos visibles e invisibles.

(Traducido de: Arhimandrit Paulin Lecca, Adevăr și Pace. Tratat teologic, Editura Bizantină, București, 2003, pp. 36-37)

 

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