Palabras de espiritualidad

El verdadero cristiano se aparta para siempre de la mentira

    • Foto: Valentina Birgaoanu

      Foto: Valentina Birgaoanu

El hombre que ha alcanzado el temor de Dios se aleja de la mentira, porque tiene a su propia conciencia como un juez implacable.

Tal como al golpear una piedra con un trozo de metal salta una chispa, así también la mentira brota del mucho hablar y de la alegría desmesurada. La mentira es la destrucción del amor, y el juramento falso es negar a Dios. Ningún hombre sensato dirá que la mentira es un pecado insignificante, porque no hay otro pecado al cual el Espíritu Santo se oponga con tanta firmeza. Y si “Tú no eres un Dios al que le gusta la maldad, ni el malvado tiene en Ti acogida”, como le dice David a Dios (Salmos 5, 6), ¿qué habrán de sufrir aquellos que a la mentira han sumado el falso juramento? El hombre que ha alcanzado el temor de Dios se aleja de la mentira, porque tiene a su propia conciencia como un juez implacable.

(Traducido de: Sfântul Ioan Scărarul, Scara Raiului, Editura Învierea, traducere de Mitropolit Nicolae Corneanu, 2007, pp. 209-210)