Palabras de espiritualidad

Elegir el buen camino

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Todo esto constituye el trabajoso camino que tiene como feliz recompensa el Reino de los Cielos.

Nuestro Señor Jesucristo dice, en los Santos Evangelios: “Estad preparados también vosotros, porque a la hora que menos penséis vendrá el Hijo del Hombre” (Lucas 12, 40). Esforcémonos, pues, en entrar por la puerta angosta, que es la que lleva a la vida.

Sigamos esta senda, hermanos, para que podamos heredar la vida eterna. Será un viaje con tribulaciones, sin duda, pero el descanso estará lleno de felicidad. Habrá momentos de tristeza, pero la recompensa vendrá llena de júbilo. Estamos hablando de un viaje duro, pero el destino que nos espera nos dará toda clase de alegrías. Esta es la senda de la contrición, el ayuno, la oración, la humildad, las vigilias y la pobreza espiritual; de la renuncia a las cosas del cuerpo para priorizar las del alma, de dormir sobre el suelo y también soportar la sed y el hambre; (es el camino de) la comida frugal, la renuncia a vestirnos ostentosamente, la caridad, las lágrimas, los suspiros, la oración de rodillas, la deshonra, el trabajo con las manos, las pruebas, la paciencia ante las ofensas… Es elegir el camino de soportar que nos odien, sin odiar nosotros, de pagar el mal con el bien, de perdonar las deudas de los demás, de dar el alma por los amigos, pero, ante todo, de estar dispuestos a derramar nuestra sangre por Cristo, cuando la circunstancias lo exijan.

Todo esto constituye el trabajoso camino que tiene como feliz recompensa el Reino de los Cielos.

(Traducido de: Proloagele, volumul 1, Editura Bunavestire, p. 419)