Elegir el camino que se habrá de seguir a lo largo de toda la vida
Lo que tiene que hacer el joven es elegir una cruz, uno de los dos caminos que nuestra Iglesia establece, según su llamado y la anchura de su alma, y adentrarse en ese camino, lleno de confianza en Cristo.
Los años pasan rápidamente. Por eso, no es bueno que el joven permanezca mucho tiempo sin tomar la decisión más trascendental de su vida. Lo que tiene que hacer es elegir una cruz, uno de los dos caminos que nuestra Iglesia establece, según su llamado y la anchura de su alma, y adentrarse en ese camino, lleno de confianza en Cristo. Y seguir a Cristo hasta la Crucifixión, si quiere regocijarse de un modo pascual. En ambos caminos hay amarguras y contrariedades, sí, pero, cuando estás con Dios, viene Cristo y lo endulza todo.
(Traducido de: Cuviosul Paisie Aghioritul, Viața de familie, Traducere din limba greacă de Ieroschim. Ștefan Nuțescu, Editura Evanghelismos, București, 2003, p. 23)