Palabras de espiritualidad

Ella, nuestra esperanza más fuerte…

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Ante sus ojos, día tras día, noche tras noche, hora tras hora y momento tras momento, está la multitud de los hombres.

Según lo que enseña la doctrina de la Iglesia, la Madre del Señor es la única esperanza de los creyentes; ella es nuestra liberación de las adversidades y las tribulaciones. Ella es la fuente de la misericordia y un muro infranqueable, una ferviente abogada frente al Creador, una esperanza imperturbable para todos los fieles y la alegría de quienes sufren. Ella intercede sin cesar por nosotros en sus oraciones ante Dios. Ante sus ojos, día tras día, noche tras noche, hora tras hora y momento tras momento, está la multitud de los hombres: unos, asediados por enemigos invisibles que buscan su perdición; otros, agobiados por infortunios y sufrimientos sin medida; y otros, afligidos por debilidades y enfermedades graves. Y a todos los mira con piedad la Santísima Madre de Dios.

¡Ninguna lengua puede encomiarte como mereces, y hasta la mente más elevada se queda sin luz al intentar cantarte, oh Madre de Dios! Pero tú, que eres bondadosa, recibe nuestra fe, pues conoces nuestro fervor santo. ¡A ti, que eres la protectora de los cristianos, te glorificamos!

(Traducido de: Arhimandritul Chiril Pavlov, Lauda Maicii Domnului, Editura Egumenița, Galați, 2012, p. 4)