Elogio de la vida en nuestro Señor
¡Oh, Señor, ayúdame a ser hijo Tuyo! ¡Ayúdame a arrepentirme siempre!
Quisiera apartarme del mundo en el que vivo y llorar ante mi Buen Soberano y Salvador.
¡Desdichado de mí, de qué manera me he dejado engañar por los demonios, el orgullo y la desobediencia! ¡Desdichado de mí, si no volviera con mi Señor, ahora que Él ha venido a buscarme! Por eso es que repito, junto con el hijo pródigo: “Me levantaré e iré a mi Padre…”.
Mi corazón arde con un secreto anhelo de oración, de llorar mis faltas y retirarme a la soledad. ¡Oh, Señor, ayúdame a ser hijo Tuyo! ¡Ayúdame a arrepentirme siempre!
¡Qué bella eres, oh,vida en Cristo, y quién podría describir tus inefables alegrías!
(Traducido de: Mi-e dor de cer – Viața Părintelui Ioanichie Bălan, Editura Mănăstirea Sihăstria 2010, pp.279-281)