Elogio de todo lo creado por Dios
“Qué numerosas son, Señor, tus obras; todas las has hecho con sabiduría” (Salmos 103, 24).
Observa el cielo, tan maravilloso, tan alto y tan ancho, adornado con toda clase de estrellas, con el sol y la luna, que brillan alumbrando al mundo entero; fíjate también en las nubes que, pasando en las alturas, de un lado a otro, manan la lluvia que habrá de regar nuestros sembradíos.
Los sentidos y la mente nos muestran la tierra con todo lo que la llena: con sus árboles y vegetación, con los animales y las fieras, con sus mares, lagos, ríos, manantiales y otras bellezas. De todo esto, que es perceptible, elevémonos con la mente a lo que no es posible ver; de la contemplación del mundo, a su Creador.
Que todo esto sea, para ti, motivo de admiración:
1) La grandeza de nuestro Dios, Quien de la nada creó todo, con una sola palabra (Génesis 1);
2) Su sabiduría, que de forma tan inteligente hizo todo;
3) Su bondad, por haber creado todo para nosotros.
Quien piense de esta forma, conociendo la fuerza, sabiduría y bondad del Señor, gracias a Su creación, será raptado con el espíritu, y con gozo cantará como el salmista: “Qué numerosas son, Señor, tus obras; todas las has hecho con sabiduría” (Salmos 103, 24).
(Traducido de: Sfântul Tihon din Zadonsk, Dumnezeu în împrejurările vieţii de zi cu zi, Editura Sophia, Bucureşti, 2011, p. 60)