En Cristo todo se conjuga en tiempo presente
En Jesucristo todo se conjuga en tiempo presente; por eso es que Él jamás será pasado y nunca se quedará únicamente en el futuro.
Luego, tenemos que entender que “amar” y “dar” son verbos que se conjugan divinamente: siempre en tiempo presente. “Amo” y “doy”. En lo que respecta a estos verbos, no hay ni pasado ni futuro. Nuestra peor enfermedad consiste en vivir siempre en el pasado. También nosotros, como Iglesia, tuvimos una “época dorada”, y de ahí proviene mucho de lo que tenemos hoy. La falta de atención para construir escatológicamente, con vistas a la salvación, todo lo que damos y todo el amor que ofrecemos, es lo que termina agrietando, de hecho, nuestro mensaje cristiano, anulando nuestra finalidad cristiana, y, no en último lugar, borrándonos de la lista “buena” del Reino de Dios.
En Jesucristo todo se conjuga en tiempo presente; por eso es que Él jamás será pasado y nunca se quedará únicamente en el futuro, sino que se mantiene en un presente continuo, que llena la historia de un extremo a otro, demostrando con esto que el acto del amor y el acto de la entrega no son actos separados.
(Traducido de: Părintele Constantin Necula, Creștinism de vacanță, Editura Agnos, Sibiu, 2011, pp. 14-15)