¿En dónde buscamos la alegría verdadera?
Todos los hombres quieren la alegría, todos están sedientos de ella, pero la buscan donde no deben. Anhelan alcanzar la felicidad, pero reniegan de Aquel que la da.
Me acuerdo que, una vez, un monje del Santo Monte Athos me dijo: “Atanasio, a aquellos que nos esforzamos y trabajamos en la vida espiritual, nuestro Señor Jesucristo nos da algunos ‘bombones’; pero no solamente quiere darnos esas ‘golosinas’, sino también la cafetería entera. Pero no lo resistirías, querido Atanasio, porque terminarías fundiéndote…”.
Mi alma se llenó de esas palabras y mis “baterías espirituales” volvieron a cargarse. Y, caminando, me pregunté a mí mismo: “¿En dónde encuentran la alegría verdadera aquellos que la buscan? ¿En la libreta de ahorros, en la gloria del mundo, en los lugares más importantes de la sociedad?”. Porque todos los hombres quieren la alegría, todos están sedientos de ella, pero la buscan donde no deben. Anhelan alcanzar la felicidad, pero reniegan de Aquel que la da.
Recordemos aquellas palabras del Señor: “Por vuestra poca fe; os aseguro que, si tuvierais fe como un grano de mostaza, diríais a este monte: Vete de aquí allá, y se trasladaría; nada os sería imposible” (Mateo 17, 20).
¿Saben cómo es ese grano de mostaza? Es una de las semillas más pequeñas. Pero dice el Señor que basta para mover montañas. ¡Qué feliz es el hombre cuando sabe arrodillarse y orar así: “Te suplico, Señor, dame ese grano de mostaza, dame esa migaja”!
(Traducido de: Athanasios Katigas, Lacrimile pocăinței – Experiențele unui taximetrist. Întâmplări adevărate, Editura Doxologia, Iași, 2015, pp. 97-98)