En donde no hay unidad, se debilita la fe en Dios
‟Hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, os ruego que os pongáis de acuerdo y que no haya divisiones entre vosotros, sino que conservéis la armonía en el pensar y en el sentir”.
Dios espera de nosotros amor y unidad. Él quiere que Su Iglesia ‟sea una”. San Pablo dice, en su Carta a los Romanos (16, 17): ‟Hermanos, os ruego que no perdáis de vista a los que causan divisiones y escándalos contra la doctrina que habéis aprendido, y apartaos de ellos”. Además, en la I Carta a los Corintios (1, 10): ‟Hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, os ruego que os pongáis de acuerdo y que no haya divisiones entre vosotros, sino que conservéis la armonía en el pensar y en el sentir”.
En la excelsa oración que aparece consignada en el Evangelio según San Juan, el Señor pide ‟que todos sean uno” (17, 21). Y ora por la unidad de todos los cristianos del mundo, lo que implícitamente significa condenar todas las divisiones y a sus causantes. Él decía en esta oración: ‟que todos sean uno, para que el mundo crea que Tú me has enviado”. Luego, en donde no hay unidad, se debilita también la fe en Dios.
(Traducido de: Mitropolitul Antonie Plămădeală, Tâlcuiri noi la texte vechi, Editura Sophia, București, 2011, p. 23)