“En esto reconocerán todos que sois Mis discípulos”
Por amor fue que los Apóstoles trabajaron sin descanso y, pescando en todo el mundo con la caña y el cordel de la palabra, lo sacaron de las profundidades de la idolatría y lo salvaron, llevándolo al puerto del Reino de los Cielos.
En ninguna otra virtud o en el cumplimiento de algún mandamiento divino puede reconocerse a un discípulo de el Señor, porque Él Mismo dice: “En esto reconocerán todos que sois Mis discípulos, en que os amáis unos a otros” (Juan 13, 35). Porque fue por amor que Él se encarnó y vivió entre nosotros (Juan 1, 14); porque, haciéndose hombre, soportó voluntariamente los vivificadores sufrimientos, para liberar al hombre, criatura Suya, de las cadenas del infierno y, tomándolo sobre Sus hombros, alzarlo a los Cielos.
Por amor fue que los Apóstoles trabajaron sin descanso y, pescando en todo el mundo con la caña y el cordel de la palabra, lo sacaron de las profundidades de la idolatría y lo salvaron, llevándolo al puerto del Reino de los Cielos. Por amor fue también que los mártires derramaron su sangre, para no perder a Cristo.
(Traducido de: Sfântul Simeon Noul Teolog, Cateheze, Scrieri II, p. 26)