Palabras de espiritualidad

¡En ningún momento pierdas el contacto con Dios!

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Esa ausencia de temor ante la muerte, e incluso el deseo de partir lo más pronto posible de este mundo, hicieron de estos portadores del Espíritu los más grandes héroes de la historia del mundo.

El principal fruto de la “Oración del corazón” es que el hombre mantiene un contacto ininterrumpido con Dios. Y, con este contacto, el corazón se inflama de amor a Él. Así es como alcanza un estado de pureza y de liberación de las cosas del mundo. Además, en el seno del hombre crece el deseo de morir lo antes posible, para poderse encontrar con su amado Señor. Cuando a San Pafnucio de Borovsk le llegó el momento de partir de este mundo, exclamó lleno de júbilo: “¡He aquí el día del Señor! ¡Alegraos, pueblos y naciones, porque he aquí que el día añorado ha llegado!”. Esa ausencia de temor ante la muerte, e incluso el deseo de partir lo más pronto posible de este mundo, hicieron de estos portadores del Espíritu los más grandes héroes de la historia del mundo.

Estamos hablando de hombres que viven en el mundo, pero que no son del mundo. Son ciudadanos del cielo y ángeles con cuerpo. Son como “pequeños dioses” e hijos de Dios, hijos de la luz. Cuando San Simeón (a quien celebramos cada 21 de julio), después de muchos años de sacrificio en el desierto con su hermano espiritual Juan, quiso volver al mundo para instruir a los hombres, este le recomendó lo siguiente: “Cuida tu corazón de todo lo que verás en el mundo. Que lo que toque tu mano no lo toque también tu corazón. Cuando tu boca coma, que tu corazón no se deleite. Cuando tus pies caminen, que haya paz en tu interior. ¡En ningún momento pierdas el vínculo con Dios!”.

(Traducido de: Sfântul Nicolae VelimiroviciSuta de capete de la Liubostinia, Editura Sophia, 2009, pp. 44-45)