Palabras de espiritualidad

En qué consiste la humildad del cristiano

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Si quieres que Dios te conozca, hazte desconocido para los hombres, en la medida que esto te sea posible.

Considera que has alcanzado la verdadera virtud, sólo cuando empieces a despreciar completamente las cosas del mundo y cuando tu conciencia pura haga que tu corazón esté listo para elevarse permanentemente al Señor. Y si quieres que Dios te conozca, hazte desconocido para los hombres, en la medida que esto te sea posible.

Permanece atento ante los inútiles consuelos del cuerpo y cuídate de ellos, para que no pierdas algo de tu esfuerzo, porque tales consuelos provocan el debilitamiento de tus anteriores afanes, antes de alcanzar la pureza, o de los que aún estás por realizar. Valora como un perjuicio no la carencia de lo que parece grato, sino caer de lo más elevado.

Considérate una hormiga o un gusano con todo tu ser, para hacerte el modelo de hombre que Dios espera. Porque si no haces antes aquello, tampoco podrás hacer lo otro; luego, mientras más te humilles, más te estarás enalteciendo. Cuando logres considerarte nada ante Dios, como dice el salmista, te estarás haciendo grande, por medio de la insignificancia. Y cuando llegues a creer que no tienes nada y que no eres nada, entonces te enriquecerás tanto en obras como en el conocimiento de la gloria en el Señor.

(Traducido de: Teognost, Despre făptuire, în Filocalia IV, traducere din greceşte, introducere şi note de pr. prof. dr. Dumitru Stăniloae, Editura Humanitas, Bucureşti, 2000, p. 247)