¿En qué consiste la obediencia total, ciega?
Ni siquiera ante tu hermano debes justificarte, sino considerarte siempre el más pequeño de todos.
«Unas monjas le preguntaron al padre Gerásimo el Himnógrafo:
—Padre, ¿en qué consiste la obediencia ciega?
—Pongan atención, que se los explicaré. Por ejemplo, viene la madre abadesa y te dice: “Eupraxia, tráeme un vaso con agua”, y tú se lo llevas. Pero ella te dice: “¡Ahora derrama el agua!”, y tú lo haces. “¡Vaya si eres torpe! ¿Por qué derramaste el agua?”, te reprende ella. Entonces, en vez de justificarte, diciendo: “¡Pero si Usted me lo acaba de ordenar!”, simplemente respondes: “¡Perdóneme, Madre!”.»
Esta es la obediencia ciega.
Si no la practicas, no podrás progresar espiritualmente. ¿Viste lo que dijo el padre Gerásimo? En esto consiste la obediencia ciega, en no justificarte. No sólo ante tu stárets, sino aún ante tu hermano. Ni siquiera ante tu hermano debes justificarte, sino considerarte siempre el más pequeño de todos.
(Traducido de: Ieromonah Iosif Aghioritul, Starețul Efrem Katunakiotul, traducere din limba greacă de Ieroschimonah Ștefan Nuțescu, Editura Evanghelismos, București, 2004, pp. 176-177)