Palabras de espiritualidad

Enseñándole a nuestro hijo a experimentar la contrición

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

El niño debe experimentar el sentimiento de vergüenza por sus palabras, hechos y sentimientos incorrectos.

Algunos sacerdotes les dan la Comunión a los niños, sin Confesión previa, incluso hasta el último día antes de cumplir los siete años. En este caso, es nuestro deber explicarles que ya no son niños pequeños y que son responsables de todas sus acciones y pecados, y que a partir de este día han empezado a madurar.

De hecho, el problema de la Comunión hasta los siete años sin confesarse o el de la primera Confesión no es uno principal. Claro que debe resolverse, dependiendo del nivel de desarrollo intelectual y moral del niño. Con todo, es importante que aún desde pequeño lo formemos en el sentimiento de la responsabilidad por los errores cometidos y en el sentido del deber. Los niños, al igual que sus padres, deben vivir con temor a pecar y con contrición —misma que empieza cuando aprendemos a decir “perdóname”—, incluso por los errores más pequeños.

El niño debe experimentar el sentimiento de vergüenza por sus palabras, hechos y sentimientos incorrectos. La formación en la idea del pecado requiere suficiente tacto y mucha sabiduría por parte de los padres. Esta tarea es aún más difícil, si tomamos en cuenta que nuestra sociedad actual ha perdido el sentimiento de pecado, pero, ante todo, el sentimiento de rubor y modestia. Sin estos, resulta muy difícil guardar la pureza espiritual y física.

(Traducido de: Pr. Prof. Gleb Kaleda, Biserica din casă, traducere de Lucia Ciornea, Editura Sophia, București, 2006, pp. 67-68)