El padre Epifanio solía decirles a los padres de familia: “El alma del adolescente se halla en una explosión de libertad, por eso es que le cuesta aceptar los consejos que se le ofrecen. Luego, en vez de sermonearlo y llenarlo de observaciones, lo mejor es poner este problema en manos de nuestro Señor Jesucristo, Su santa Madre y todos los santos. Pídeles, con tu oración, que los iluminen a ustedes, sus padres, y a él, para saber cuándo aflojar las riendas y cuándo sujetarlas con firmeza. (...)

Los padres deben amar a sus hijos como a sus retoños, no como a sus ídolos. Es decir, debes amar a tu hijo tal como es, no como quisieras que fuera.”

(Traducido de: G. Spiliotis, Părinții duhovnici și copiii. Educația tinerilor în conformitate cu învățătura Sfinților Părinți ai Bisericii noastre, traducere de Ilioniu Georgeta Mariana, Editura Egumenița, Galați, 2006, pp. 46-47)